jueves, 8 de septiembre de 2011

EL PAPEL DE LA EDUCACIÓN ESCOLAR EN LA CONSTRUCCIÓN DE CULTURA DE PARTICIPACIÓN Y DE CIUDADANÍA DEMOCRÁTICA.



La sociedad no tiene suficiente cultura de participación, no se muestran niveles de
corresponsabilidad en la construcción de una sociedad democrática.

Ante esta problemática se plantea que el camino para la democracia es la participación. La
participación solo puede ser viable y sostenible en cuanto se mantenga una cultura de
información. Tanto la cultura de información como la cultura de participación requieren ser
mediadas por un proceso educativo, y la educación necesaria para crear ambas culturas
requiere ser en sí misma participativa; por lo tanto los sistemas de educación deben
encaminarse al fomento de habilidades mentales para el uso inteligente de la información y
sus medios tecnológicos, lo que significa fomentar una cultura de recepción crítica de
información y al impulso de valores cívicos y morales, actitudes y habilidades que le
permitan a los alumnos involucrarse activamente en el mejoramiento de sus comunidades y
mantener un desarrollo social sustentable.

Para conseguirlo deben transformarse los sistemas educativos, lo que implica establecer
programas de acción a partir de asumir las siguientes premisas: la participación debe ser
una preocupación de la educación escolar, hay procesos que influyen en la formación de
cultura de participación como la construcción de conocimiento, la participación es una
construcción social, la formación de cultura de participación es un proceso de aprendizaje,
la participación debe considerarse como una competencia (transversal) dentro de los
objetivos de la educación basada en competencias, la cultura de participación al ser una
necesidad de enseñanza y aprendizaje requiere de estrategias didácticas y pedagógicas para
su construcción, los procesos de construcción de participación son procesos de construcción
de comunicación.

Conclusión

La participación es un fenómeno cambiante, no innato, que requiere de constante
aprendizaje y recreación, motivación, fomento, inclusión, responsabilidad y promoción de
esfuerzos encaminados al bien común.

La Educación para la participación requiere programas académicos donde el aprendizaje y
la práctica de los contenidos vayan de la mano con la cordialidad, la apertura, la tolerancia,
el uso inteligente de la información, la sensibilidad y la empatía. Las universidades deben
constituirse en esos campos de justicia, respeto, tolerancia y libertad, equilibrando la
enseñanza teórica de los contenidos con la práctica social. Su naturaleza abierta, flexible y
transformadora se apetece para ello.

El joven que se espera formar se describe como activo, colaborador en actividades
académicas, culturales, sociales, deportivas y de esparcimiento, participativo en clase, en la
escuela, en la casa, en la colonia, en la ciudad, en su estado, en su país. El docente con que
se espera contar se perfila como un preparador personal, que permita al alumno adquirir
suficiente confianza y autonomía para el aprendizaje y que le prepare para la resolución de
problemas.

Es una alternativa para los procesos que buscan inducir al alumno a una vida más
responsable y comunitaria, dentro y fuera de la escuela. Desafortunadamente no todas las
personas están interesadas en participar o bien no todos están preparados para hacerlo.
Algunos de los beneficios al utilizar metodologías participativas en el aprendizaje es que
estas ayudan a fomentar la creatividad, responsabilizan e involucran al alumno en su propio
aprendizaje y en los ritmos de clase, favorecen la interrelación personal de los alumnos, los
refuerza y motiva, así como también estimula la reflexión, la atención, la memoria, y la
agilidad mental, favoreciendo la adquisición de conocimientos.

Monereo (2004), recuerda que formar en la participación implica apelar a la emoción, el
afecto y los intereses del alumno y del docente, ya que partir de ahí se podrán definir las
estrategias de toma de decisiones mediante los cuales se eligen y recuperan los
conocimientos necesarios para cumplimentar una demanda u objetivo de la situación
educativa en que se produce las acciones de enseñar y de aprender.

Hay distintas tendencias, formas, estilos, corrientes y sistemas que hoy se conocen y que
han descalificado el sistema tradicional que limitaba al alumno a tomar sólo lo que el
maestro le daba. Yurén (2000) argumenta que lo que ahora se busca con la educación es
generar condiciones curriculares para que el alumno construya su personalidad y su propio
proyecto de vida como sujeto libre y responsable, por su parte Valero (1989) detalla otras
intenciones que giran en torno a la educación, como promover el respeto de la dignidad
humana, la autonomía, la autosuficiencia y poder de representatividad.

Entonces si la participación se piensa como: tomar parte de algo responsablemente; un
medio y no como una finalidad; un derecho y una obligación; un proceso de lo individual a
lo colectivo; un estado cambiante, no permanente; y un constructo social que implica
fomento, voluntad, aprendizaje, iniciativa, creatividad, cambio y libertad. Luego entonces
es posible incorporarla al currículum universitario y consolidar la educación 


No hay comentarios:

Publicar un comentario